La artrosis en los perros: cómo identificarla, prevenirla y mejorar la calidad de vida de tu mascota
La artrosis en los perros es una enfermedad frecuente y que, lamentablemente, puede ser muy limitante para nuestros compañeros de cuatro patas. Se trata de una afección crónica de las articulaciones, caracterizada por el desgaste progresivo del cartílago, lo que provoca dolor, rigidez y pérdida de movilidad. Aunque se asocia generalmente con el envejecimiento, esta condición puede aparecer en perros de cualquier edad, dependiendo de factores como la genética, el peso, el tipo de actividad física o problemas articulares previos.
Comprender la artrosis, sus causas, síntomas y formas de tratamiento es esencial para cuidar adecuadamente de tu perro y garantizarle una vida cómoda y activa. En este artículo, te ofrecemos una guía completa para reconocer los signos de esta enfermedad, prevenirla y tratarla, con recomendaciones prácticas para su bienestar.
¿Qué es la artrosis en los perros?
La artrosis, también conocida como osteoartritis, es una enfermedad degenerativa de las articulaciones. Se produce cuando el cartílago, la capa protectora que recubre los huesos y permite movimientos suaves, se va desgastando con el tiempo. A medida que el cartílago se deteriora, los huesos empiezan a rozar entre sí, lo que provoca dolor, inflamación y rigidez.
En una articulación sana, el cartílago actúa como un amortiguador y está rodeado de una cápsula que contiene líquido sinovial, encargado de lubricar la articulación. Este sistema permite movimientos fluidos y sin fricción. Sin embargo, cuando el cartílago se degrada, la articulación pierde esta protección natural, lo que puede generar la aparición de osteofitos, pequeñas protuberancias óseas que aumentan la rigidez y el dolor.
Las articulaciones más afectadas suelen ser las de las patas (codos, rodillas y hombros), la cadera y la columna vertebral, aunque cualquier articulación puede verse comprometida. Por eso, es fundamental reconocer los primeros signos de la enfermedad para actuar a tiempo.
Edad y predisposición: cuándo aparecen los primeros síntomas
Aunque la artrosis se observa con mayor frecuencia en perros mayores, puede desarrollarse a cualquier edad. En general, los síntomas comienzan a aparecer a partir de los 7 años, pero algunas razas grandes pueden mostrar signos desde los 5 años, mientras que razas pequeñas y ligeras suelen desarrollarla más tarde.
La predisposición también varía según la raza. Los perros grandes y gigantes, como los pastores, labradores o perros de montaña, tienen más probabilidades de sufrir problemas articulares debido al peso que soportan sus articulaciones. Los perros de trabajo o de caza, que realizan actividades físicas intensas, también presentan mayor riesgo por el desgaste repetitivo de sus articulaciones. Incluso los perros pequeños pueden verse afectados, especialmente si tienen alguna malformación genética o llevan una vida sedentaria y con sobrepeso.
Principales causas de la artrosis en perros
La artrosis puede surgir de forma primaria, como resultado del envejecimiento, o secundaria, por enfermedades articulares o lesiones. Entre las principales causas se encuentran:
1. Enfermedades articulares congénitas
- Displasia de cadera y codo: se trata de malformaciones genéticas que afectan la congruencia de las articulaciones y pueden detectarse desde cachorros. Provocan rigidez, cojera y dolor. La displasia puede ser controlada mediante tratamientos médicos o, en casos graves, con cirugía.
- Osteocondrosis: enfermedad del cartílago que provoca desarrollo anormal de las articulaciones, especialmente en cadera, hombros, codos y rodillas.
- Rotura de ligamentos: lesiones de ligamentos, especialmente en la rodilla, pueden desencadenar artrosis debido a la inestabilidad articular que generan.
2. Traumatismos y lesiones
Fracturas, esguinces y heridas articulares pueden dañar el cartílago o alterar la biomecánica de la articulación, acelerando su desgaste. Incluso después de la recuperación, las articulaciones afectadas pueden sufrir un desgaste prematuro.
3. Infecciones articulares
Las infecciones por bacterias o hongos dentro de las articulaciones provocan inflamación intensa, que puede destruir el cartílago. Esta situación contribuye al desarrollo de artrosis, y su tratamiento requiere atención veterinaria inmediata.
4. Factores ambientales y de estilo de vida
- Sobrepeso y obesidad: el exceso de peso aumenta la presión sobre las articulaciones, contribuye a la inflamación crónica y acelera el desgaste del cartílago.
- Actividad física inadecuada: tanto la falta como el exceso de ejercicio pueden favorecer la artrosis. La inactividad provoca atrofia muscular y reducción del líquido sinovial, mientras que la sobreexigencia provoca microtraumatismos repetitivos.
- Condiciones de descanso: dormir sobre superficies duras o incómodas puede aumentar la presión sobre las articulaciones y favorecer el deterioro del cartílago.
5. Factores genéticos
Algunos perros tienen predisposición genética a malformaciones articulares o defectos de conformación, lo que aumenta el riesgo de desarrollar artrosis. Por ejemplo, una mala angulación de las patas puede causar un reparto desigual de las cargas sobre las articulaciones.
Síntomas de la artrosis en perros
Los signos de artrosis pueden variar según la gravedad y la articulación afectada, pero algunos indicativos son comunes:
- Dificultad para levantarse o moverse después de descansar.
- Rigidez y cojera, especialmente en patas traseras o en miembros específicos.
- Pérdida de interés por el juego o las actividades habituales.
- Dolor al tocar o manipular las articulaciones.
- Reducción de saltos, subidas a escaleras o acceso al coche.
- Inflamación o aumento del tamaño de la articulación afectada.
- Ruidos al mover las articulaciones, como crujidos o chasquidos.
- Pérdida de masa muscular en las extremidades.
- Aumento de peso debido a la disminución de la actividad física.
Reconocer estos signos tempranamente permite intervenir antes de que la enfermedad avance y afecte gravemente la calidad de vida de tu perro.
Diagnóstico de la artrosis
Para confirmar la presencia de artrosis, el veterinario puede recurrir a:
- Radiografías: muestran el estado de los huesos, la presencia de osteofitos y otros signos de degeneración articular.
- Artroscopia: técnica más invasiva que permite examinar la articulación con un endoscopio y evaluar el daño directamente.
Además, el historial clínico y la observación del comportamiento del perro son fundamentales para un diagnóstico completo.
Tratamiento y manejo de la artrosis
Aunque la artrosis no tiene cura definitiva, existen múltiples estrategias para ralentizar su progresión y aliviar el dolor, mejorando la calidad de vida del perro:
1. Medicamentos y antiinflamatorios
El uso de antiinflamatorios y analgésicos bajo supervisión veterinaria ayuda a controlar el dolor y reducir la inflamación durante las “crisis” de artrosis.
2. Suplementos y nutrición
Los suplementos específicos para articulaciones, como aquellos que contienen condroitina, glucosamina y ácidos grasos omega-3, pueden ayudar a proteger el cartílago y mantener la movilidad. Una dieta equilibrada y adaptada al peso del perro también es esencial para prevenir sobrecarga articular.
3. Ejercicio moderado y adaptado
El ejercicio regular y controlado fortalece los músculos que sostienen las articulaciones, mejora la circulación y mantiene la flexibilidad. Actividades como paseos suaves, natación o juegos de bajo impacto son ideales.
4. Fisioterapia y rehabilitación
La fisioterapia puede incluir masajes, estiramientos, hidroterapia o terapia con láser, ayudando a reducir el dolor y mejorar la movilidad.
5. Adaptaciones en el entorno
Proporcionar camas cómodas, rampas para acceder al coche o al sofá y evitar superficies resbaladizas ayuda a reducir el estrés sobre las articulaciones.
6. Cirugía
En casos graves, la cirugía puede ser necesaria, especialmente si hay lesiones articulares importantes, displasia de cadera avanzada o rotura de ligamentos.
Prevención de la artrosis
La prevención es clave, especialmente en perros con predisposición genética o que han sufrido lesiones articulares. Algunas recomendaciones:
- Mantener un peso saludable durante toda la vida del perro.
- Evitar sobrecargar las articulaciones con ejercicio excesivo en cachorros de razas grandes.
- Proporcionar superficies de descanso adecuadas.
- Realizar revisiones veterinarias periódicas para detectar signos tempranos de problemas articulares.
- Asegurar una dieta equilibrada y enriquecida con nutrientes que favorezcan la salud articular.
La artrosis es una enfermedad común en perros, especialmente en los mayores y en determinadas razas. Reconocer los signos tempranos y adoptar medidas de prevención y tratamiento puede mejorar significativamente la calidad de vida de tu mascota.
Mantener el peso adecuado, ofrecer ejercicio moderado, utilizar suplementos y adaptar el entorno son acciones sencillas pero eficaces. Además, acudir al veterinario ante cualquier signo de dolor o rigidez es fundamental para actuar a tiempo y evitar complicaciones.
Cuidar de las articulaciones de tu perro no solo mejora su movilidad y bienestar físico, sino que también fortalece el vínculo entre ambos, asegurando años de vida activa y feliz.
Nuestros otros artículos para hablar de nuestras mascotas:
Cómo evitar el aburrimiento en perros de interior
Cómo evitar el aburrimiento en perros de interior con juguetes adecuados Los perros, incluso los…
Camas lavables para gatos: higiene y comodidad
Camas lavables para gatos: higiene y comodidad en un solo producto Los gatos son animales…
Cómo elegir suplementos para perros mayores
Cómo elegir suplementos para perros mayores A medida que los perros envejecen, su cuerpo empieza…
